Por KATIE HAFNER 9 de septiembre de 2016
BLACKPOOL,
Inglaterra — La mujer al otro lado de la línea hablaba despreocupadamente sobre
la primavera y su cumpleaños número 81 la semana anterior.
“¿Con quién
celebraste, Beryl?”, preguntó Alison, cuyo trabajo es ofrecer un oído amable.
“Con nadie, yo…”.
Y así, la alegría
de Beryl se convirtió en tristeza.
Su voz se comenzó a
quebrar cuando reconoció que no solo había estado sola en casa el día de su
cumpleaños, sino durante muchos días. Esa conversación telefónica era la
primera vez que hablaba en más de una semana.
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Un "problema" que hay que empezar a ver en Chile, que se agrava aún más, cuando los Adultos Mayores, tienen una discapacidad o tienen movilidad reducida. Creo no bastan la solidaridad de vecinos, el Estado también tiene que intervenir.
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