domingo, 15 de julio de 2007

Reconocimiento de la Sociedad a los Adultos Mayores

La siguiente propuesta fue elaborada por don Sadio Rojas P., Diplomado en Gerontología de la Universidad Católica de Chile.

I.- Antecedentes

1. Los Adultos Mayores son el antecedente humano de la sociedad que hoy vive la juventud y los adultos, en un ambiente que ellos formaron.

2. El entorno económico, social, estructural se formó con la acción directa de los que –en un momento dado– pasaron a ser adultos mayores.

3. Toda sociedad capitaliza a través de sus empresas productivas, su comercio, su capital humano (profesionales: educación), etc., para continuar ciclos, basados en capitalizaciones efectuadas por generaciones anteriores, los que en momentos dados se reconocen como Adultos Mayores.

4. A su vez, los individuos en la etapa activa plena (25 a 65 años) contratan seguros previsionales (Cajas de Previsión, AFP, etc.) que les permiten obtener pensiones en las condiciones y forma previamente pactada.

5. Una situación similar se presenta en salud, donde la contratación de seguros (Fonasa, Isapres) no reconoce término para las cotizaciones que efectúa el contratante.

II.- Dudas genéricas

1. De los antecedentes expuestos, no se vislumbra acción alguna de la sociedad, como tal, que otorgue algún dividendo a sus adultos mayores, por lo que entregaron en su vida activa, por su aporte a la confrontación de ella, por llevarla a la situación presente.

2. Bastaría recordar que hacia la década de los ’50 (1950) cuando los actuales adultos mayores comenzaron a aportar al desarrollo de la sociedad, el PIB no alcanzaba los US$1.000 per cápita. Hoy, cuando este producto sobrepasa los US$7.000, esta sociedad sólo reconoce el pacto previsional (pensión), que –por lo demás– fue cubierto por cada individuo de sus salarios.

3. Este esquema se seguirá repitiendo en las generaciones futuras, probablemente, en forma más aguda, más severa y más angustiante.

4. Aparece entonces la pregunta fundamental: ¿Qué hace la sociedad por sus Adultos Mayores?

5. No se trata de elogiar a los viejos; de elaborarles programas de recreación; de entretenerlos con charlas sobre alimentación adecuada; cuidarlos en los desplazamientos, etc. Hay que reconocer sus aportes a la sociedad que hoy se vive y entregarles estímulos (dividendos) por su aporte o capitalización a un estado que –como gran empresa– hoy tiene utilidades, que también pertenecen –en justicia– a los Adultos Mayores.

6. Siempre se habla de: proteger al adulto mayor, ayudar a la tercera edad, dar beneficios para una vejez digna… No se trata de proteger, de ayudar, es necesario reconocer que los viejos entregaron su esfuerzo a la concreción del ambiente económico–social–cultural que identifica a la nacionalidad de hoy. El estado actual del país (de todo el país) es la resultante de un quehacer pasado –el de los Adultos Mayores de hoy– y la administración y adecuación a las necesidades modernas de esa orgánica, para seguir creciendo a favor de las generaciones actuales y del futuro.

III.- Buscar caminos

1. Muchos organismos, servicios, oficinas, grupos de trabajo, ONGs, asociaciones, buscan fórmulas, caminos, propuestas a favor de los Adultos Mayores. ¿Alguien ha preguntado a los Adultos Mayores qué necesitan, qué es lo que podría hacer el ámbito social en su favor, se sienten realmente parte de esta sociedad, son personas libres?

2. Aunque la libertad y el sentirse incluido o excluido no son elementos tangibles, tienen algunas condiciones fundamentales: independencia económica, capacidad para tomar decisiones, capacidad de soñar y de crear.

3. Hay que tener claridad que los sistemas previsionales de ayer, de hoy y del futuro jamás podrán entregar pensiones dignas a una gran parte de los Adultos Mayores. Así es con los Adultos Mayores de hoy, con pensiones del antiguo sistema previsional (Cajas de Previsión) y, lamentablemente así será para el 70% de los actuales imponentes de las AFP. Pero ello corresponde al esfuerzo individual, al ámbito de lo que cada trabajador dedica a su futuro. Es esta una realidad que se necesita separar de la adultez mayor.

4. El Adulto Mayor como ciudadano, como parte de una sociedad activa, como ejecutor de esta sociedad, pero que hoy ha dado paso a las generaciones jóvenes, debe tener derechos, más allá de su proyecto previsional. Volvemos a inquirir: ¿Qué hace esta sociedad por sus Adultos Mayores?

IV.- Proposición

1. Si queremos que el Adulto Mayor se sienta libre, integrado, reconocido, tenemos que buscar caminos de compensación por su aporte a esta sociedad, más allá de su propio esfuerzo para una vejez respetada y respetable.

2. Podemos suponer que las edades de jubilación (retiro) vayan de los 60 a 65 años. Seguramente todavía los Adultos Mayores, a esas edades, pueden atender a sus necesidades de subsistencia, recreación, cultura, etc., con sus reservas, sus pensiones u otros trabajos complementarios. Pero con el correr de los años (ahora son más difíciles) van apareciendo nuevos compromisos: gastos médicos, farmacológicos, movilización, etc. que copan sus ingresos y agotan sus reservas.

3. Proponemos pues crear una señal efectiva de reconocimiento a la vejez que se detalla:

a) Al cumplir 75 años, todo ciudadano chileno que permanezca en el territorio de la república, tendrá derecho a un bono de reconocimiento de 1 UF, por cada año cumplido, con un tope de 5UF, al cumplir 79 años de edad.

b) El bono será individual, no será considerado renta para ningún efecto legal, no será transferible ni hereditario, a ningún título.

c) El bono se pagará mensualmente y directamente al ciudadano causante. No obstante el Servicio Nacional del Adulto Mayor, podrá, en casos justificados, autorizar su pago a instituciones de acogida a Adultos Mayores autorizadas por Ley.

d) Este bono acompañará al Adulto Mayor hasta su deceso, extinguiéndose en esa fecha.

V.- Posibilidades de financiamiento

Por tratarse de un reconocimiento de la sociedad a sus Adultos Mayores se podría financiar con:

a) Aporte de la parte patronal: 1% sobre los sueldos y salarios pagados mensualmente.

b) Modificación del impuesto de retención de honorarios pagados (10%) a un 11%. De este impuesto, un 2% pasará a incrementar el Fondo de Reconocimiento al Adulto Mayor.

c) Aporte extraordinario del Estado, para la formación del Fondo.

d) Impuesto de 2% a todos los contratos de servicios que se paguen a artistas, grupos teatrales, jugadores, etc., sean estos expresados en moneda nacional o extranjera, sea por trabajos, prestaciones, exhibiciones o cualquiera otra forma de actividad que se desarrolle en el territorio nacional.

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